jueves, mayo 19, 2005

Disertaciones en torno al discurso de la inteligencia femenina

¿Inteligencia femenina? Los misóginos, como Schopenhauer, se apresurarían a afirmar, con violencia en la voz, que desde el título de este ensayo existe una contradicción; “¿Inteligencia – preguntarían –femenina? Son dos palabras que no se pueden juntar en una oración”.
Olvidándonos un poco de este autor, pasemos a elaborar nuestras disertaciones en torno a la inteligencia femenina. Es necesario establecer primero las preguntas que tenemos acerca de ella, así que pasamos a formularlas. ¿Está satanizada la inteligencia femenina? ¿Es ésta el pecado original? ¿Inteligencia es igual a malicia? Estas preguntas, y no su totalidad, son las que intentaremos resolver en este ensayo.


La inteligencia y el pecado

Y Eva tomó los números que colgaban del árbol. Los observó con detenimiento, los palpó y se los llevó a la frente. De lejos se veía a Adán acercarse. Cuando estuvo a cinco pasos Eva le preguntó “¿Sabes sumar?” Después, la luz.
En el discurso bíblico, referente a la inteligencia femenina, encontramos en el Génesis que esta va de la mano con el pecado. Recordemos; Eva ofrece la manzana a Adán, la manzana prohibida del árbol de la ciencia o conciencia. Este acto de ofrecer y morder es su condena. Gritos, furia, fuego. Al adquirir Eva la inteligencia quiso dotar a su compañero de esta, lo cual la hizo percatarse de su contexto y de si misma (la Biblia dice desnudez, nosotros diríamos ser). Después todo fue pecado, a Eva se le condenó con los dolores del parto, únicamente por percatarse de su inteligencia.
Es, por esto, que en la Biblia encontramos un discurso de: Inteligencia femenina es igual a pecado.

Las abuelas y la malicia

Aquella mañana caminaba la mujer. Llevaba alegría en el rostro. Sus ojos bailaban y resplandecían con un toque de inteligencia, de malicia. Llegó hasta la esquina rota, donde él esperaba inquieto. Lo miró y supo que aún no sabía nada. Que su secreto permanecía oculto tras su frente blanca, impertérrita.
Un discurso socialmente aceptado es el de la malicia natural en las mujeres. Con frecuencia escuchamos a nuestras abuelas referirse a una mujer como inteligente. Pero este término no implica lo que comúnmente sabemos de él. En este caso inteligente es usado para dar a entender una especia de malicia o cabronería en la mujer. El discurso de las abuela es, por lo tanto, la continuación recontextualizada del discurso religioso. Es decir, se asocia al mal con la inteligencia, se asocia a la serpiente con la ciencia. Es este discurso el que nos hace pensar que la palabra inteligencia hace más referencia a la palabra astucia.
Recordemos aquel dicho de nuestras madres “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Esta oración nos da la clave para entender el discurso de la inteligencia. Desde la antigüedad se ha sabido que la experiencia da inteligencia; está inteligencia es la vejez del diablo. Cuando una persona se refiere a una mujer como inteligente esta, por lo tanto, posee características que la hacen de desconfianza. El hecho de que ya haya vivido cosas que el hombre ni se imagina la vuelven maliciosa a ojos de la sociedad. En cambio, cuando este adjetivo es aplicado a un hombre este no se deforma ni adquiere otro significado más que el que posee.


Locura, poder y pasión

Las distintas perspectivas en torno a la inteligencia femenina se ampliarán conforme nos separemos del discurso religioso. Encontramos, por ejemplo, a Faulkner y sus obras, en las que se denota el carácter de la inteligencia femenina. Este autor establece una igualdad que difícilmente se podría negar; inteligencia es igual a locura. Evidentemente Faulkner prefiere utilizar personajes femeninos, ya que el entiende, perfectamente, que este género, contrario a lo que apunta Schoponhauer, tiende a la inteligencia.
Pero cambiemos un poco de perspectiva y adentrémonos de lleno al nivel de la sexualidad que, como forma de poder y de control, esta íntimamente ligada a la inteligencia femenina. Xavier Velasco se equivoca en apuntar, en su Diablo Guardián, que si una mujer pensara con la vulva sería una babosa. Y se equivoca en cierta manera, porque aunque la mujer no piense con la vulva si le puede resultar de gran utilidad como herramienta de poder. Traigamos a Cleopatra al caso. Ella, mujer de gran inteligencia, ambiciosa, controlaba a Marco Antonio (sin Solís) por medio de su sexualidad. Lo que ligaba a esta con la inteligencia era un estrecho cauce. Es decir, la inteligencia femenina, combinada al rol sexual visto como medio, es una manera de obtención de poder, y no sólo de poder como forma de gobierno sino de poder de poseer al otro.
Esta posesión del otro es un rasgo característico del género femenino, de su inteligencia (ya combinada con pecado, malicia y poder). Pensemos en la Mantis Religiosa o en una araña, estos insectos aman a su pareja en la medida que las absorben, que las devoran hasta desaparecerlas. Con los seres humanos existe algo similar, una mujer inteligente, y es por eso que se les teme tanto y se les intimida, y con pasión tenderá a absorber al otro hasta nulificarlo. Esta nulificación no sólo se dará por medio de la sexualidad, ya que esta es un medio de tantos, una herramienta de la que dispone la mujer, sino mediante la inteligencia.

Conclusión

El discurso en torno a la inteligencia femenina resulta en su mayoría misógino. Pero ¿cómo no temerle a esa gran creadora? ¿a esa especie de semidiós que es la mujer? Concluyo que estos discursos, socialmente aceptados, se han ido pasando de generación en generación para mantener una especie de orden, un patriarcado que nos viene desde los judíos, donde nuestro Dios si es hombre y la mujer queda relegada al trapeador y la escoba. Esto no quiere decir que yo este de acuerdo con él, sino todo lo contrario, que por medio de este ensayo intento comprender el porque de la existencia de este discurso. ¿Temor? Es lo más probable.

domingo, abril 24, 2005

Análisis ideológico de los X-men

Preliminares

Algunos datos prácticos
Los X-Men son un producto de Stan Lee, el creador de Spider Man, y la Marvel Comics, una de las compañías más fuertes, junto con DC, en la venta de comics y proyección multinacional de sus personajes. En México no se cumplen aun muchos años que esta historieta salió a la venta, por lo tanto no podremos hablar de los orígenes de la misma, ya que en este país el comic comienza no siguiendo el orden cronológico de aparición en los E.U.A., sino que se empieza a partir de números avanzados teniéndolos aquí como el primero, segundo, etc.
Fue en 1993 que se decidió sacar esta historieta a la venta con el nombre de X-Men Adventures, basada, más que nada, en la serie que se transmitía por televisión en esos momentos con los guiones de Robert N. Skir y Marty Isenberg. El valor que esta primera revista contiene para un análisis es casi nulo al no ser manejada de acuerdo con los guionistas originales del comic.
Es hasta 1995 que a México llegan las verdaderas aventuras de los X-Men, por llamarles de algún modo, bajo el nombre de X-Men Flip Book; y son estas aventuras, junto con ediciones especiales que tratan a fondo ciertos temas de suma importácia en el universo de los X-Men, temas que se prestan para poder ubicar, en su lectura, cierta tendencia ideológica implícita en sus ideas
[1].

Sobre la cuestión
Es imprescindible que el lector de estas líneas tenga un conocimiento básico, para volver más fluido lo escrito, de lo que es el universo de los X-Men, o por lo menos una idea general de las ideas planteadas en este comic. Esto para evitarnos la molestia constante de estar comprobando nuestras palabras renglón por renglón para que el lector tenga fuentes fidedignas de nuestras ideas. Así que se pide, antes de acercarse a este ensayo, una lectura mínima de los comics de los X-Men; con esto se tendrá una idea más clara de lo que se analiza en estas líneas.
Este análisis no tiene como fin sacar a luz ciertas tendencias implícitas en las imágenes del comic, como lo hace Umberto Eco en Apocalípticos e integrados,
[2] ni decir que por medio de cortas palabras se puede cambiar al lector a una postura política y social. Este análisis es deductivo, partiendo de lo general, que sería la historia global en la conciencia del lector, a lo particular, que es comparar está historieta con ciertas posturas sociales e ideológicas, o míticas, del mundo que nos rodea, por lo tanto el resultado es, al tener en cuenta únicamente lo que deseamos escuchar, meramente parcial.


Manejo de símbolos y contexto

Los X-Men, refiriéndome a todo el universo que engloba esta palabra y no solo a un grupo específico, se manejan en una realidad constante; los sucesos ocurren en nuestro tiempo en ciudades reales como New York, Washington, entre otras. Encontramos en este manejo de ideas el primer símbolo que sería la necesidad de establecer un lazo entre la realidad cotidiana y la realidad implícita en el comic. Este lazo nos servirá de mucho para poder hacer comparaciones más fuertes entre estas dos realidades.
El tiempo, aunque no siempre es el mismo, va de acuerdo con el transcurso de la historieta; los personajes no son inmortales, crecen y desean como un ser vivo, pero no entremos en mas detalles ya que de esto se hablará en páginas postreras
[3]. Entonces el tiempo transcurre de la misma manera en estas dos realidades, podría decirse que no es análogo a nuestra realidad sino parte de nuestro mismo plano de tiempo, como si compartiesen los instantes.
En esta realidad convergen humanos y mutantes, encontrando allí nuestro primer obstáculo ¿qué es un mutante? Para los humanos injertos en la historia un mutante es un ser indeseable que no tiene nada que ver con ellos, es un ser anormal que necesita ser aislado de la sociedad o muerto, en su defecto mayoritario; pero ¿qué será ser mutante para los mutantes? Es allí donde encontramos el primer símbolo de carácter ideológico, ya que al entrar en esta pregunta entramos en pensamientos de grupos individuales que luchan por un sueño en la historieta y hablar de esto sería hablar de política
[4]. Así que diremos que un mutante, en lo general, es un ser no humano que nace de lo humano, con características diferentes, en este caso diríamos, superiores a las de los humanos mismos, ya que por asuntos del destino, que desconozco en lo absoluto, o por asuntos de acomodo, estos mutantes poseen poderes especiales.
Su mismo poder es algo que los hace entrar en conflicto con los humanos, ya sea por miedo de los segundos a una dominación por parte de los primeros o por simple rechazo por ser diferentes, tanto como existen los homofóbicos y los xenofóbicos. Todo esto nos lleva a creer en la posible existencia de una imagen mítica.
Umberto Eco decía que “en la imagen mítica se condensan aspiraciones y deseos (...) es la proyección de aquello que deseamos ser”
[5] refiriéndose específicamente a la imagen que evoca el mito de Superman, pero he aquí que al poner a los X-Men como mito no encontramos esas aspiraciones o deseos de las masas por ser como ellos, sino que encontramos un cambio que se debe hacer patente en la frase, una palabra arreglaría este problema y se pondría en boca de los grupos marginales, diciendo así que la imagen mítica, utilizando la misma estructura de la frase de Eco, no es aquello que deseamos ser sino lo que queremos hacer.
Los símbolos que los X-Men manejan son, en su mayoría, de carácter social, contrarios a los de Superman o Batman que viven una existencia individual, respondiendo a una necesidad de alianza entre las sociedades, ya sean humanos, mutantes o lectores jóvenes en busca de identidad social e histórica, puesta implícita como explícitamente en la historieta.


Comparación de identidades

Comparar a los grupos sociales de los X-Men con los de nuestra realidad inmediata puede servir para esclarecer un tanto los roles que desempeñan estos grupos dentro del comic, de la misma manera que echaría luz sobre las ideas y divergencias de los mismos grupos, así como sus finalidades.
No estaría de más hacer una comparación con los grupos homosexuales que están surgiendo en masas en la actualidad. Estos grupos comenzaron, al igual que los X-Men, de manera underground, digamos que de manera casi clandestina. Al principio eran unos cuantos (hablemos de mutantes y gays como una misma cosa) que se unían entre ellos, aun sin ideas ni nada, solo aceptando sus diferencias entre ellos y ocultándolas ante los ojos de la gente decente. Con el tiempo estos grupos continuaron creciendo hasta encontrar un vehículo ideológico, podría decirse que un dirigente, que proclamara la igualdad entre las sexualidades, razas o género. Estos grupos encontrarían seguidores dentro de su mismo género o de diferente género pero a su vez encontrarían enemigos que intentarían detener su marcha, bajo las banderas de la moralidad, el respeto o el miedo social, proclamarían que esa igualdad no es posible.
En los X-Men lo que sucede es equiparable a cualquier grupo social marginado. En específico la Escuela del Profesor Xavier para Jóvenes Dotados es el grupo, dentro del comic, que proclama la igualdad entre raritos (mutantes) y normales (humanos). Este grupo encuentra sus seguidores como sus enemigos entre los humanos, así como enemigos entre los mutantes mismos. Esto nos lleva a otro punto, a otro lugar donde se afirman las convenciones sociales en cualquier cultura, en cualquier estado, país o sociedad; entonces llegamos, así, a la política manejada en el interior del comic.

Manejo de políticas en los X-Men

De igual manera que en el capítulo anterior sería prudente comparar los grupos políticos inmersos en la historieta con los grupos políticos de nuestra realidad. Pongamos para este caso tres grupos importantes de los X-Men y describamos cada uno en breves palabras. Los seguidores de Xavier; grupo que cree en la igualdad entre mutantes y humanos, deseando llegar a la paz y el acuerdo por medio del dialogo, mientras tanto protegen a los humanos que los desprecian (nombraremos a este grupo, por su carácter, mutantes conservadores). Los seguidores de Magneto; su sueño es aniquilar a todos los humanos y proclamarse estos como raza superior gobernante del nuevo planeta hecho solo para los mutantes (les llamaremos mutantes revolucionarios o radicales). Podríamos hablar de otros grupos, como por ejemplo de los Morlocks, un grupo reducido de mutantes que viven debajo de la ciudad ocultándose de la amenaza humana y sobreviviendo bajo sus propias leyes; el cual podría ser equiparable a grupos comunistas de nuestro tiempo, pero empezar a clasificar cada uno de estos grupos sería enredarse en cuestiones nimias cuando los importantes a tratar son los primeros dos.
Los creadores del cómic, de entrada, dejan patente su postura acerca de quien es el bueno y quien el malo en la historieta; en este caso los buenos son los conservadores y los malos son los radicales. Esta postura por más que parezca que no influye en lo mínimo hace tomarnos una decisión como lectores y nos habla acerca de que el futuro debe estar construido en hermandad con los marginados y con los civiles comunes. Cuando uno rompe esta brecha y su favoritismo viaja al lado en que los radicales, que de principio se sabe que serán la parte antagónica y creadores de problemas, pasa a formar parte del bando de los malos. Esta tendencia nos esclarece que por medio de la postura el cómic de los X-Men se desarrolla en un sueño de igualdad entre los hombres y mutantes y que aquel que trate de impedirlo, sea humano o mutante, pasará a formar parte, en la conciencia del lector, del bando de los malos.
Pero ¿qué se logra con estas posturas políticas implícitas en la historieta aparte de una concordancia lógica con la misma? Lo que se obtiene por medio de estas posturas políticas no son votos a favor sino una formación de subconciencia en el lector que sin darse cuenta comienza a absorber los sueños de igualdad planteados en un cómic de mutantes y humanos.


Temporalidad “real” y ficticia

En los mitos, se podría decir, que la temporalidad es casi nula o, al menos, aparentemente inexistente, de ahí que se puedan repetir una y otra vez de manera casi ritual. En los X-Men encontramos una divergencia notable debido a que el tiempo transcurre de manera similar a nuestro tiempo cotidiano[6] por lo tanto existente. Pero no debemos dejarnos engañar por esta respuesta tan simple, ya que la solución se ahonda en la tierra y no podemos descubrirla a simple vista. Los X-Men manejan diferentes tipos de tiempo dependiendo de lo que se quiera hablar acerca de ellos, describámoslos de una manera esquemática para comenzar:
Tiempo de historia: Este es el tiempo en que se desenvuelve toda la trama, los años que son equiparables a los nuestros; es el tiempo donde vive la narración y los hechos.
Tiempo de personajes: Este corresponde, de una manera un tanto obvia, a la vida íntima de los personajes, ya que estos pueden pertenecer a distintas épocas
[7] espacio-temporales en las que pueden desenvolverse. Este tiempo nos hablará de la vida individual de cada mutante para ubicarlo en su contexto ficticio-histórico.
Para el tercer tiempo, denominado por nosotros tiempo idea, se necesita un apartado más amplio al considerarlo como el más importante entre los demás. Este tiempo es el que engloba la trama y a los personajes.
Veamos, primariamente, que los X-Men no se limitan únicamente a la escuela de Charles Xavier, sino que, en un futuro cuando dejan de existir los primeros X-Men, continúan los mutantes luchando por el sueño primigenio. Este tiempo de la idea trata de aclarar que lo más importante en esta historieta es el ideal de ser X-Men, luchar por la igualdad entre mutantes y humanos y ayudar a los segundos en lo que se pueda; esta idea es la que transgrede las generaciones de mutantes, es la que se continua manejando después de tanto tiempo de lucha y muerte.
Como queda claro los X-Men no necesitan ser inmortales, contrario a Superman que necesitan estarlo rejuveneciendo constantemente
[8], al ser los personajes únicamente vehículos del mito que pretenden portar. Es el mito el poseedor del carácter inmortal, es el que pasa la temporalidades y vive gracias a la lucha de otros mutantes que bien podrían ser anónimos a los ojos del verdadero sueño.


Mitos en los X-Men

Afirmamos que los X-Men son un mito al no ser creados por su realidad, es decir, al no haberse convertido en mutantes después de un lapso de tiempo o por medio de un suceso trágico y misterioso de la genética moderna. Estos, al igual que Superman, nacieron siendo mutantes, por lo tanto su disfraz es el de humanos y se vuelven mitos al no formar parte de este sistema común genético; siendo entes superiores equiparables a dioses y no a héroes.
Escarbando un poco en las raíces de este cómic uno puede darse cuenta de la gran similitud que presentan ciertos personajes o situaciones, algunos de manera muy obvia, con los mitos vigentes en nuestra sociedad. A continuación pondremos dos de ellos que por su cotidianidad en nuestra vida diaria nos parecieron las analogías míticas de más relevancia y los trataremos de la forma mas breve posible.

El mito del Apocalipsis -sólo el mas apto sobrevive-
[9]

En la Biblia, el libro sagrado de occidente por excelencia, el Apocalipsis es un capítulo ubicado al final de la misma. En este se habla del final del reinado de Dios en la tierra y el comienzo del reinado del mal por medio del mismo hombre, en colectivo, llamado Anticristo. Pero el Apocalipsis existe en la Biblia incluso antes de que nos topemos con las últimas páginas de esta; existe como una idea vaga, como el mal mismo que no logra triunfar porque aun no llega su tiempo, ya que su tiempo es en los postreros días del hombre.
En los X-Men sucede algo parecido con el personaje nombrado Apocalipsis, el enemigo más extraño de los mutantes. Es una especie de mutante simbiótico, y le llamo así por necesitar de un vehículo para sobrevivir, de un hombre que, subjetivamente, proclama su profecía sin cambiar su apariencia física de armadura azul. Este mutante vive deambulando a lo largo de la historieta, siempre débil y derrotado, cosa que resulta algo extraña ya que es el mutante más poderoso del universo y controla prácticamente todos los planos temporales. Pero su debilidad no viene por ser inferior a los X-Men, sino porque su tiempo de dominar aún no ha llegado, mientras tanto vaga por las hojas primeras de la X-Biblia esperando que el momento de su libro comience
[10], momento que el sabe existente.
Al final de la Biblia llega el reinado del Apocalipsis, mismo que encontramos en los X-Men al final de los tiempos
[11], donde Scott y Jean viajan por medio de Rachel la creadora de una orden religiosa extremadamente acosada en el futuro incierto, misma que podría ser comparada con los hombres, de los que habla la Biblia, que no serán salvados para que ellos puedan salvar a otros que no lo fueron por pecadores.
En el Apocalipsis de la Biblia se habla de que los buenos serán masacrados por los malos; en el reinado de Apocalipsis de los X-Men los humanos son masacrados por los mutantes que a su vez masacran mutantes ayudantes de humanos.
Como vemos, ya parando hasta aquí las analogías que siguen surgiendo, la comparación es evidente y se deja ver el sentido obvio que los guionistas del cómic quisieron darle a este personaje rescatando así un mito de la humanidad, ya ni hablar de los cuatro jinetes del...

El X-Mito de Caín y Abel

Caín mató a Abel porque, según la Biblia, envidiaba a su hermano, aparte de que el destino ya lo había marcado para que cometiese el primer crimen de la humanidad. Ambos hermanos son encarnados en los X-Men por dos personajes de analógico carácter: Stryfe y Nathan
[12], ambos hijos de Scott y Jean.
Nathan es el hijo legítimo, pero al nacer con enfermedades y debilidades extremas se propuso hacerle un clon, ya que se pensaba que iba a morir en poco tiempo. Ese clon creció sano pero pronto fue raptado por Apocalipsis, que veía en el la posibilidad de usarlo como nuevo vehículo, debido a los poderes telequinéticos que había heredado de sus padres representaba una gran oferta. Nathan logra salvarse de milagro de la enfermedad (favorito de los dioses) mientras Stryfe es dado por perdido. Pero la historia no comienza aquí, la historia empieza con el asesinato del profesor Xavier
[13] por el clon de Nathan, aunque se creyese en un principio que había sido Nathan el asesino verdadero.
Es con este asesinato que comienza el mito, dejando ver todas las envidias que sentía el fuerte y sano Stryfe (Caín) por su débil y enfermo hermano Nathan (Abel), solo que en esta historia, o renovación del mito, se llega hasta las últimas consecuencias en las que Caín no pudo caer por falta de tiempo; Stryfe rapta a Scott y Jane para reclamarles lo injusto que había sido no ser el favorito, el que no tenía importancia en la vida, contrario a como la ganó Nathan de ellos únicamente por ser el más débil. Stryfe les demuestra sus poderes superiores a sus padres y estos suplican piedad. Esta historia termina con la supuesta muerte de Cable y la aceptación de sus padres acerca de que Stryfe merecía ser muerto (expulsado) al no poder controlar sus poderes
[14].


Conclusión

Los X-Men sólo pueden ser analizados desde algunos ángulos, ya que si se toman como un todo orgánico entraríamos en dialécticas que presentan, para su resolución, un grado extremo de dificultad que nos resultaría prácticamente imposible no enredarnos.
No podemos hablar de una conclusión propiamente dicha, al ser este trabajo un despliegue vago de ideas que pueden no encontrar conexión entre sí, pero sin embargo hablamos, a grandes rasgos, de algo que nos pareció sumamente importante. Esto es la posibilidad de analizar no esta historieta, sino, de analizar cualquier documento que exista entre nuestras manos e intentar desentrañarlo por medio de nuestra propia imaginación, más que nada usando la comparación.
[1] Los comics tomados en cuenta para la elaboración de este trabajo corresponde a: números 31 a 43 de X-Men Flip Book de la serie X-cutioner’s Song (La canción del verdugo), Las aventuras de Cyclops y Phoenix edición especial publicada por Marvel Comics y a los primeros números de X-Men Adventure.
[2]“Lectura deSteve Canyon” pags. 141-185 en Apocalípticos e integrados ed. Tusquest.
[3] En el capítulo Temporalidad real y ficticia intentaremos adentrarnos en los detalles temporales del comic y sus peripecias en el pasado, futuro y presente.
[4] En el capítulo Manejo de políticas en los X-Men se hablará con mayor detalle acerca de este importantísimo punto.
[5] Umberto Eco. Apocalípticos e integrados, el mito de Superman, p. 222.
[6] De esto se habló un poco en Manejo de símbolos y contexto. Introducimos este tema para dar, de alguna manera, un esbozo de respuesta.
[7] Personajes del futuro, como Bishop, pertenecen a diversas épocas a raíz del invento de Forge, la máquina del tiempo.
[8] Umberto Eco en “El mito de Superman” en Apocalípticos e integrados ed. Tusquest.
[9] Frase utilizada constantemente por el personaje que en los X-Men lleva el nombre de Apocalipsis.
[10] En esta espera el personaje no es meramente ocioso, el sabe que cada pelea ganada o derrotada es parte de su destino para poder gobernar, es parte de su ser y planes meticulosos que lo hacen reír más que a ningún otro mutante.
[11] En X-Men Las aventuras de Cyclops y Phoenix, edición especial #5, Marzo de 1997. Marvel Comics.
[12] Usa el seudónimo de Cable en la mayoría de los cómic’s, en realidad prácticamente solo sus padres conocen su verdadero nombre en una etapa del tiempo.
[13] X-Men Flip Book #31 de la serie X-cutioner’s Song parte 1, Marvel Cómic’s 1992.
[14] Se podrían hacer comparaciones entre los diálogos manejados por los personajes de los X-Men y entre lo que se dice en Caín y Abel en la Biblia, pero esto supondría un trabajo más minucioso del que nuestro tiempo, para elaborar un trabajo académico, no nos permitiría llevar a cabo en su totalidad.
Fuentes

Los cómic’s tomados en cuenta para la elaboración de este trabajo corresponde a: números 31 a 43 de X-Men Flip Book de la serie X-cutioner’s Song (La canción del verdugo), Las aventuras de Cyclops y Phoenix edición especial publicada por Marvel Comics y a los primeros números de X-Men Adventure.ECO HUMBERTO, Apocalípticos e integrados, Editorial Tusquets

La importancia de la imagen en la decodificación de los mensajes

El enfrentamiento surge al encender el televisor. Imágenes sensuales, lúbricas, nirvanas inventados, éxtasis simplistas bombardean nuestro cerebro; paraísos artificiales con Sabritas en la mano, mujeres de ensueño marca Sol y los paisajes exóticos de Movi Star. Surge la mercadotecnia, hermana pródiga del capitalismo, siamés, con sus tácticas, herramientas nacidas del ingenio y transgredidas a la imagen, al sonido, todo para crear atmósferas, sentimientos nacidos del mensaje, un lenguaje codificado pretendiendo llegar al receptor, al decodificador.
La mercadotecnia pretende las ventas, la compra de sus productos, para que el mensaje sea decodificado satisfactoriamente. Las herramientas que usa son muy variadas, van desde las imágenes apoyadas con sonidos hasta la mercadotecnia del miedo o fear industry, aún en pañales en México, expuesta magistralmente por Michael Moore en su documental Bowling for Columbine.
La manera de codificar estos mensajes, por lo general en la televisión, se hace por medio de las imágenes. Las imágenes deben ser pensadas finamente, ya que de estas depende el éxito de la empresa, no como comercio sino como trabajo imaginativo. Estas imágenes crean símbolos, que pueden ir desde lo arcaico (triangulaciones que representan la sensualidad femenina) hasta lo moderno (imágenes explícitamente sexuales), únicamente para obtener la venta del producto.
Ocurre algo curioso en las imágenes utilizadas en la mercadotecnia contemporánea, sus bases son sexuales pero lo femenino predomina. Notemos que para obtener la venta de algún desodorante masculino comúnmente se utilizan imágenes femeninas, de atracción, donde la codificación correcta del mensaje sería “con este desodorante voy a atraer a todas esas mama / ”. En los comerciales netamente femeninos se utilizan, generalizando, imágenes también ¡femeninas!, ¿qué es lo que sucede aquí? ¿Acaso nos encontramos ante un futuro matriarcal o netamente lésbico? Es donde vemos la variante de decodificación del mensaje, lo que un hombre decodifica como el voy a obtener a esas mujeres, una mujer lo decodifica por medio de la envidia, voy a ser como esas mujeres.
Pero no quiero decir qué pasa en todos los casos, lógicamente me refiero a un sector de los receptores; la mayoría. Según Hall existen tres tipos de receptores o tres formas de decodificación de los mensajes: Lectura dominante-hegemónica, donde se interpreta el mensaje siguiendo el código de referencia en el que fue encodificado; Lectura negociada, que en palabras del propio Hall es el que “(...) contiene una mezcla de elementos adaptativos y oposicionales: por un lado acepta como legítimas las definiciones hegemónicas para las totalizaciones, mientras que por otro, más restringido, situacional, elabora sus propias reglas del juego (...)”; y la Lectura oposicional, que es la lectura de la inconformidad u oposición total al mensaje. Según Carlos Lozano, en su libro Teoría e investigación de la comunicación de masas, la gran mayoría de los receptores nos encontramos ubicados en la decodificación negociada, al no encontrarnos totalmente en situaciones de conformidad ni de oposición.
Entonces, el trabajo de la mercadotecnia es ganar la batalla o la negociación. Las imágenes, actualmente, son de suma importancia para obtener la venta de algún producto como antes sería el sonido en la radio; son el medio de convencimiento, la negociación de te doy esto por tu dinero y la manera en que convencen a nuestro subconsciente o simplemente lo distraen.Con imaginación y usando las herramientas visuales, sonoras e ideológicas apropiadas, la decodificación del mensaje, en el juego transmisor-mensaje (imagen)-receptor, será satisfactoria para el comerciante y, quizás, para el comprador; eso dependiendo de si el mensaje fue codificado con imágenes verdaderas o falsas, pero aquí nos estaríamos adentrando a la relatividad y sus confusas dialécticas.

La poética transgresora

Su cuerpo dejara, no sin cuidado
Serán ceniza, mas tendrán sentido
Polvo serán, mas polvo enamorado

Francisco de Quevedo Villegas


Apología del ensayo

Este breve ensayo está elaborado bajo los principios de Montaigne, los principios puros del ensayo que no es sino la representación del pensamiento individual en el nivel escrito. Por lo tanto no pasa a ser más que una vaga opinión y un reflejo de la psique, una especie de cuerno por donde mana, ya diluido, el conocimiento y las dudas obtenidas en clase.

Los principios de la violencia

Existen dos principios individualizadores de la materia, principios que transgreden los términos de lo humano y el sentido social para llevarnos a la creación del objeto libre de sí[1]; en términos de Niesztche estos serían lo Apolíneo y lo Dionisiaco, pero por la vaguedad del término, desgastados ya en sus bordes, sería mejor nombrarlos a) principio de trasgresión racional y b) principio de trasgresión instintivo. El vínculo entre estos dos principios, la translúcida tela que los une, nos lleva a entender el acto creador, a vislumbrar la acción poética en sí.
¿Qué es lo que transgreden estos principios? ¿Existe una violencia en este traspasar, en este quebrar de la pared individual? Slavoj Zizek nos dice, en una entrevista ofrecida después de el atentado del 11 de septiembre, que todo acto humano es un acto de violencia:

El discurso de la victimización es predominante en la actualidad. Uno puede ser víctima del medio ambiente, del cigarrillo, del acoso sexual. Me parece que esta reducción del sujeto al lugar de mera víctima es algo triste. Prima una noción extremadamente narcisista e intolerante de la persona, como si no pudiéramos tener encuentros violentos con los otros. Déjenme brevemente dirigirme al tema del acoso sexual. Por supuesto que me opongo a él, pero seamos francos: siempre hay algo de violencia en una declaración de amor, sobre todo si uno es una persona con pasión. Puede sonar como un chiste, pero no lo es. No puede hacer el juego del amor en términos de la corrección política. Siempre hay un momento de violencia cuando dice te amo y te necesito. No hay forma de evitarlo. El miedo al acoso sexual en algún sentido incluye este aspecto, un miedo a una fuerte violencia, pero también hay miedo frente a un encuentro demasiado abierto con otro ser humano.
[2]

es decir, cuando se confrontan, se encuentran una individualidad frente a otra, un ser a los ojos de los otros, la única manera en la que podemos dirigirnos a ellos es a través de la transgresión ¿habrá algo más violento que el amor?, ¿que la palabra? La violencia implícita en todo acto pertenece al orden instintivo. El contacto humano es un juego de transgresiones y violencias aceptadas socialmente, es un irrumpir en la vida del otro, un pliegue hecho en el instante donde nos deslizamos sangrados a la vista de los demás. Esta violencia conlleva en si un principio creador, una fuerza centrífuga que da todo de sí con el afán de ser recordado (esto es claro en un ejemplo de declaración amorosa). George Bataille, en su libro el Erotismo, hace clara referencia a la trasgresión o el acto violento que representa el erotismo; Bataille utiliza el concepto de Eros y Tánatos para analizar la relación implícita que conllevan la entrega, el abandono, la sensación de pérdida y disolución de la individualidad.
Al ser violento todo acto humano nos encontramos ante una incógnita ¿la creación artística lleva el velo del dolor consigo? Si este dolor se entiende en un sentido pragmático la respuesta sería afirmativa. No hay acto más violento que el transgredir del espíritu, no existe mayor provocación que la del autor presentando su obra ante los ojos del lector. Este juego de principios, el activo y el pasivo, el que recibe y da violencia, es el juego de lo humano.
Retomando un poco la idea del primer apartado, existen dos principios transgresores, cada uno con un nivel de violencia distinto; el principio a) lleva en si una violencia pasiva, casi deductora, este principio entiende su entorno y lo explica con su propio lenguaje, su metalengua, y, a ojos humanos, no choca con los valores personales al no pertenecer al orden de lo gregario. En cambio el principio b) si pertenece al orden común ¿quién no se cree capaz de juzgar una obra de arte, un libro, una pintura? Todos nos creemos con el derecho de opinar acerca del objeto plástico, de desbaratarlo o ensalzarlo. Es este común lo que lo hace llevar en si una violencia explícita a ojos del mundo, una provocación ante el espectador. El horror viene al entender la obra, al tener todas las luces en foco y contemplar la desnudez báquica de lo creado. Pero ¿qué pasa con el nexo que amalgama estos dos principios? Por el momento pongámosle el inciso c) a este nexo.
Cuando una obra de arte es creada con lo mejor de los dos principios individualizadores esta se vuelve oscura. El nexo c) no lleva en si una violencia espiritual ni racional, lleva una violencia holocaústica a la que el mundo le cierra sus ojos. Pensemos por un momento en sentido musical; las grandes obras de la música (y no me refiero exclusivamente a Chopin o a Monte Verdi, sino que integro a Pink Floyd y a los Beatles) no fueron elaboradas durante el goce estético del arrebato ni en la sobriedad pura de la razón, estas obras se crearon en un intermedio entre ambas, se crearon con valor estético y con una facultad de razonar, de decir algo al mundo. ¿Qué representa el nexo entonces? El nexo pasaría a ser lo que nosotros conocemos como el deseo: el deseo es lo que mueve pero no se pierde en la culminación del mismo, el deseo es una entidad pensante, razonada, el deseo es el acto creador que conlleva el mayor grado de violencia. Volviendo al ejemplo de una pareja ¿qué acto sería más violento que la declaración amorosa-sexual de parte de un joven? El deseo del otro, de poseerlo, es un acto de temor ante el otro, el miedo de confundir la identidad para siempre con el otro, en la comunidad. Asimismo el deseo del otro, el de poseerlo y de ser poseído, sin llegar a caso a la culminación, es una obra de arte en si misma, es fuerza que emana del individuo hacia los otros, hacia la comunidad.
Este sentido de comunidad se explica a si mismo. La obra de arte debe estar dirigida o debe ser entendida por toda la sociedad al tratarse esta de una explicación de la sociedad. Es decir, la obra pertenece a cada individuo ya que en ella se encuentra reflejado un deseo, un momento, un pensamiento que concierne, en sentido histórico, a cada uno de ellos.
La obra de arte creada bajo los estatutos del deseo adquiere una fuerza y un vigor impensable, es lo que la hace sobrevivir a las edades del mundo. Esta fuerza es producto de su propio deseo, es decir, la obra continua viva y siempre sigue deseando, siempre comunicando y transgrediendo, con violencia, los actos humanos, la vista del espectador atento y, sobre todo, reproduciéndose a si misma en las manos de otros.


La violencia y lo divino

Hasta ahora se ha tratado la violencia, el deseo, únicamente en las relaciones de carácter humano pero, para no caer en el error, es necesario establecer este nexo en otros lugares, en otras esferas que no conciernen exclusivamente a lo humano. La violencia, implícita en toda acción, nos lleva al acto de la creación; pensemos en la naturaleza misma o en cuestiones divinas.
Si nos vamos a las cuestiones divinas, o místicas, encontramos actos de violencia que permean todas las historias o mitos sobre los dioses. Recordemos que el Dios del antiguo testamento se manifestaba a los hombres de forma violenta, adoptando la forma del fuego. Este acto de manifestarse, el gesto de temor de los hombres, es la manera en que este dios afectaba a los seres humanos. En este sentido afectación implica una subjetivización de la información, lo mismo sucede en la obra de arte, es decir, en la medida que el nexo se vuelve más violento y el horror ante este estado comunicativo crece, el hombre se ve afectado en mayor medida por la obra de arte o el dios en cuestión.
En los poetas místicos podemos encontrar esta relación que los hombres mantienen con Dios, una relación masoquista en la que se acepta el mandato y temor a él:

Son sus violencias lo más dulce de Amor,
su abismo insondable es su forma más bella,
perderse en él es alcanzar la meta.
Tener hambre de él es alimentarse y deleitarse,
la inquietud de amor es un estado seguro,
su herida mayor, bálsamo soberano,
languidecer por él es nuestro vigor,
eclipsándose se revela,
si hace sufrir, da salud,
si se esconde, nos muestra sus secretos,
es rehusándose como se entrega,
no tiene rima ni razón y es poesía...
[3]

En este poema de Amberes se ve claramente la relación que el hombre mantiene con su dios. Una relación donde el hombre es violentado pero al mismo tiempo saciado de sus dudas. ¿Podremos concebir a dios como el acto poético por excelencia? Sería posible en cuanto dios ejerce funciones de deseo en la concepción humana. Este deseo de él es lo que conlleva en si mismo el acto creador, un nexo que es equiparable al deseo de elaborar la obra de arte; recordemos aquel cuento de Arreola en el cual un Ángel le arranca los cuernos a un diablo para después regalarle unos nuevos.

Conclusión espinada

La explícita violencia en el arte no es tema de preocupación. El deseo es, y seguirá siendo, el vínculo más estrecho entre los hombres, la vía de comunicación, ya sea artística o corporal, más rápida. ¿Qué sucede cuando satanizamos estas acciones humanas, cuando prohibimos la transgresión social? Actualmente en Japón existe un fenómeno que nunca antes se había visto entre los seres humanos; se ha inhibido la trasgresión. Hombres y mujeres prefieren estar con objetos de plástico antes que con el otro, antes de romper el muro de cristal que separa a los seres, el deseo se ha llevado a otros lugares, a otras facetas de lo no humano. Ha sido tanto el miedo ante el otro que lo han eliminado o sustituido con un no-otro. ¿Es, acaso, este el fin buscado por la masificación de ideas, por la vida virtual? ¿La perdida del deseo, la perdida del otro? Habrá que encontrar el espíritu y la razón que imperan dentro de la red para entendernos, habrá que crearnos un nickname para poder ser deseados, para poder desear, y que el objeto artístico fluya de nuevo en código binario.
Cierro este ensayo con una breve frase de Gilles Deleuze a propósito de la trasgresión o la violencia:

La violencia es lo que no habla, lo que habla poco.

[1] Pensemos en un bloque de mármol que representaría la materia, el darle forma es el acto individualizador. Este acto individualizador, este sacar poesía de la piedra, sólo se puede obtener a través del golpe constante del cincel; que más adelante entenderemos como violencia.
[2] Entrevista con Slavoj Zizek efectuada por Sabine Reul y Thomas Deichmann
[3] Hadewijch de Amberes, poema XVIII.